¿Qué es el flujo vaginal?
El flujo vaginal llega antes de nuestra primera menstruación y nos acompaña diariamente a lo largo de la etapa fértil. Es un líquido natural que se produce en la vagina y su función es mantenerla limpia y lubricada. La cantidad, el color y la consistencia del flujo pueden variar en diferentes momentos del ciclo menstrual y también pueden estar determinados por factores como la edad, la actividad sexual, el embarazo y ciertos medicamentos.
Está compuesto por bacterias buenas, células, tiene proteínas y nutrientes, es un líquido muy valioso que mantiene la vagina y la vulva húmedas y sanas; de hecho, si hay ausencia de flujo vaginal debemos de prestar atención e intentar averiguar por qué.
¿Qué cantidad de flujo vaginal es normal?
La cantidad de flujo vaginal que se considera normal puede variar de una mujer a otra y también puede variar a lo largo del ciclo menstrual. En general, la cantidad de flujo saludable puede oscilar entre 1 y 4 mililitros por día.
Suele ser más abundante durante la ovulación o justo antes de la menstruación. Sin embargo, si la cantidad de flujo es significativamente mayor de lo que se considera normal para una mujer en particular, o si está acompañado de otros síntomas como picazón, ardor, dolor o un olor desagradable, puede ser señal de una infección vaginal u otra afección que requiere atención médica.
En los periodos y momentos de tu vida en los que tengas mayor cantidad de flujo, cambiarte de ropa interior durante el día y mantener una buena higiene personal es una excelente opción, ya que además de la sensación desagradable, esto te puede producir hongos o irritaciones. Siempre que puedas utiliza ropa interior de algodón para que tu vulva pueda respirar.
Si eres de las que usa a diario protectores, esto es contraproducente, porque la mayoría de protectores diarios están compuestos por plástico, tienen perfumes, toxinas y esto afecta directamente a nuestra salud.
Una de las causas de que nuestro flujo vaginal no esté tan bien cómo debería es el uso de productos para la higiene intima que utilizamos como los tampones, que pueden resecar en extremo nuestra vagina.
Cambios en el flujo vaginal
Durante el ciclo menstrual, el flujo vaginal puede variar en cantidad, consistencia y color.
Menstruación: Durante la menstruación, el flujo suele ser más abundante y tener un color rojo oscuro. Puede haber coágulos de sangre en el flujo.
Fase folicular: Después de la menstruación, la fase folicular comienza y el cuerpo se prepara para la ovulación. Durante esta fase, el flujo suele ser escaso y tener una consistencia pegajosa o cremosa. El color del flujo puede ser blanco o ligeramente amarillento.
Ovulación: Durante la ovulación, el cuerpo libera un óvulo del ovario. Durante esta fase, el flujo puede aumentar en cantidad y tener una consistencia más delgada y elástica, similar a la clara de huevo. El color del flujo también puede ser más claro y transparente.
Fase lútea: Después de la ovulación, la fase lútea comienza y el cuerpo se prepara para la menstruación si no se ha producido un embarazo. Durante esta fase, el flujo puede disminuir en cantidad y tener una consistencia más densa y pegajosa. El color del flujo también puede ser blanco o ligeramente amarillento.
Menopausia: Después de la menopausia, la cantidad de flujo vaginal suele disminuir. Esto se debe a que el tejido vaginal se vuelve más delgado y menos elástico debido a la disminución de los niveles de estrógeno, muchas mujeres experimentan sequedad vaginal después de la menopausia. Esto puede causar incomodidad o dolor durante las relaciones sexuales y aumentar el riesgo de infecciones vaginales.
Lejos de ocultarlo, taparlo o intentar eliminarlo es mucho mejor que lo aceptemos y que convivamos con él: que lo observemos, olamos, que sepamos cuando está bien y cuando está mal.