Cistitis
La cistitis se da en el tracto urinario que está compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga, la uretra y en el caso de los hombres la próstata. Este es un sistema cerrado que se encarga del drenaje de la orina desde los riñones pasando por la vejiga y finalmente hacia el exterior por la uretra, en situaciones normales todo este sistema es estéril, por eso se pueden presentar patologías cuando llegan microorganismos que no son propios del tracto.
La cistitis es la inflamación de la vejiga y como consecuencia de esta inflamación se presentan molestias importantes; no se contagia, no afecta a otros órganos y tiene varios factores de riesgo, uno de los más habituales son las relaciones sexuales y el empleo de ropa húmeda.
La cistitis es mucho más frecuente en mujeres, con alta taza de recurrencias y se debe a que la uretra femenina es muy corta, mide aproximadamente de 2 a 3 centímetros y está ubicada en una zona donde se encuentra muy expuesta: La vulva. La cistitis se produce la mayoría de las veces por bacterias que llegan a la vejiga, estas bacterias vienen del tubo digestivo y se denominan enterobacterias, conviven con nosotros ayudándonos a procesos fundamentalmente de digestión y de destrucción de los elementos finales de los alimentos, se localizan en la zona rectal y suelen encontrar allí un territorio fácil para pasar a la vejiga; el suelo pélvico femenino hace que la zona anal, la vagina y la uretra estén cercanas y es fácil que de una zona pasen a la vejiga.
¿Cómo se produce la cistitis?
Las relaciones sexuales van a ser la circunstancia para favorecer la entrada de las bacterias a la uretra, allí encuentran un medio para reproducirse que es la orina, la cual posee sustancias adecuadas y se van a pegar a las paredes de la vejiga lo que produce la inflamación.
Otras circunstancias que favorecen el que aparezca una cistitis van a ser todos aquellos trastornos gastrointestinales que hacen que las bacterias desde la zona rectal lleguen a la vejiga: el estreñimiento, las diarreas; también diferentes momentos de la vida ginecológica de la mujer por la diversidad de los niveles hormonales, la menstruación, el embarazo, el parto, la menopausia. Otro factor menos común son las bajas temperaturas, situaciones de estrés, el beber poca agua y tener micciones muy distanciadas.
Síntomas de la cistitis
Uno de los más frecuentes es la disuria o escozor al orinar con pocas gotas que no alivia, polaquiuria (orinar con mayor frecuencia) y por otra parte se presentan molestias en la zona del hipogastrio (la zona baja del abdomen), existe también la cistitis hemorrágica, es cuando se presenta sangrado en la orina, en algunas ocasiones sí son muy complicadas pueden ocasionar fiebre y trastornos a nivel general. Siendo una situación nada grave produce un gran malestar y mala calidad de vida durante los días que se está presentando.
Diagnóstico de la cistitis
Son tan característicos los síntomas que simplemente con conocerlos no hay que hacer un estudio más específico para identificar que estamos ante un cuadro de cistitis, sin embargo cuando una mujer acude al médico o a una urgencia lo ideal es un estudio bioquímico de orina que analiza una serie de datos y con esto se puede identificar el cuadro de infección urinaria, esto será suficiente cuando se está ante un primer cuadro de infección, en una mujer joven y que no tenga ningún factor de riesgo, pero es insuficiente cuando una mujer que tiene episodios de infección urinaria repetitivos o tiene factores de riesgo y son mujeres de mayor edad, en estos casos se necesita hacer un cultivo de orina.
Tratamiento de la cistitis
Va ir orientado hacia antibióticos según la bacteria que se identifique, para todas en general los analgésicos y los antinflamatorios van a aliviar el dolor que produce la inflamación en la vejiga, el calor local en la zona y beber mucha agua para que por un mecanismo de arrastre favorezca la eliminación de bacterias.
Prevención de la cistitis
Beber al menos un litro de agua al día, tener micciones pautadas, frecuentes y completas, después de orinar limpiarnos de delante hacia atrás para no arrastrar bacterias, tener una higiene genital adecuada, tener una higiene genital adecuada antes y después de las relaciones sexuales y preferiblemente tener sexo con vejiga vacía.